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sábado, 16 de abril de 2011
Dibujar su inicial por todos lados, e incluso en mi mano. Sonreír cuando me habla como si fuera lo más gracioso del mundo y decirle con esa vocecita que solo me sale con el, que es tonto. Obsesionarme con las llamadas perdidas, su voz y sus mensajes . Creer que su olor ha de formar parte de cualquier molécula de oxigeno que inspiro, que sus pupilas y su iris van a acabar de trastornarme, porque esos ojos marrones son encantadores. Tararear esa canción porque así me acuerdas de él en todo momento. Eso es exactamente, lo que yo llamo AMOR.
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